La sincronización del cerebro humano con los ritmos geomagnéticos de la tierra permite una conexión natural con el campo magnético global.
Dos cerebros pueden estar en la misma frecuencia magnética y dos personas, incluso distantes, estar expuestas al mismo campo magnético. Este campo crea una conciencia sintética que sincroniza las actividades entre ambas.
Nuestros cerebros se enlazan más allá de las limitaciones físicas, no están aislados, forman parte de una vasta red de campos geomagnéticos sincronizados con los ritmos naturales de la tierra.
El neurólogo Michael A. Persinger investigó la emisión de fotones desde el cerebro humano, buscando probar como esta transferencia entre cerebros es posible y, por tanto, el entrelazamiento cuántico entre cerebros humanos podría ser la clave para una nueva forma de comunicación directa. Parece que la ciencia solo está arañando la superficie.
Cuando estamos relajados, los dos hemisferios tienen la misma actividad. Pero, si se imagina una luz blanca, el hemisferio derecho intensifica la emisión de energía instantáneamente; si se piensa en luz blanca, hay una emisión de luz en la retina, no se trata solo de neuronas en acción, se trata de fotones dentro del propio cerebro, algo que puede medirse con instrumentos avanzados. Con la aparición de los fotones, se puede acceder a información a diferentes niveles, es cuando se produce el entrelazamiento cuántico: lo que le ocurre a una persona, se ve reflejado en la otra.
Dos cerebros entrelazados por fotones logran que dos cerebros distantes puedan transmitirse información. El entrelazamiento cuántico ocurre cuando las partículas se interconectan y el estado de una persona afecta instantáneamente a la otra sin importar la distancia. Los estudios del Dr. Persinger van en el sentido de la comunicación entre dos cerebros que están distantes.
Pruebas físicas lo demuestran.
Ya he comentado en otras ocasiones la conexión entre dos cerebros y os he hablado del Dr. Jacobo Grinberg, científico que estudió el cerebro y su vinculación con la física cuántica. Vuelvo a insistir, porque no parece creíble que se puedan realizar tratamientos de biodinámica a distancia. La información del estado de un órgano, una lumbalgia, una rodilla, etc., la transmite el cerebro, tanto si está en la cabina del terapeuta como si está en la distancia.
Y, en el campo cuántico, se va a producir el colapso de ondas, para que la información del paciente cambie de desorden a orden, dado que forman parte de la red global de la tierra.
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